Anne había visto como devoraban a su mejor amiga y ahora le tocaba a ella. El hecho de que se movieran tan lento solo le provocaba más pánico.
Trancó la puerta con seguro a pesar de que sabía no sería de utilidad y corrió por la escalera hacia su cuarto. Por primera vez en su vida, la habitación tapizada de color crema no le pareció segura. Con una fuerza supuso salió de la adrenalina y el instinto de supervivencia, arrastró la cómoda hacia la puerta, tapizándola, al menos, por el momento.
Su única escapatoria era el tejado. De él, podría saltar a la casa vecina donde, estaba segura, había una camioneta. No tenían alarma y hacía mucho había aprendido a encender un automóvil sin llaves.
El riesgo era que, estaba mojado. Si caía, no se fracturaría nada, pero sería devorada por engendros no-muertos.
Gritó al ver que la puerta del armario se abría.
Si me dieran un céntimo por cada historia que dejo sin publicar.(?
Shusha, me gusta pero no da ni pizca de miedo ._.
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